La noción de convivencia se ata al objeto de la educación cuando se identifica con otros “discursos mayores”, tales como el de “futuro”, fines educativos y “democracia”
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, la convivencia es la acción de convivir, concepto este que significa vivir en compañía de otro u otros, coexistir en armonía. Su uso en el ámbito educativo aparece a nivel nacional e internacional durante la década de 1990, más exactamente en el informe de la Comisión Internacional para el siglo XXI de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO: La Educación Encierra un Tesoro presidido por Jacques Delors.
Las apuestas estaban claras: para aprender a “vivir juntos en la aldea planetaria”, era necesario aprender a convivir en las comunidades naturales: “la nación, la región, la ciudad, el pueblo, la vecindad” (Delors, 1996:16) y la escuela y en este sentido la educación sería la responsable del “entendimiento entre los pueblos” (Delors, 1996:16) y de la vida democrática “efectivamente vivida” (Delors, 1996:16).
Se suscribe de manera directa a la convivencia como una nueva necesidad, que parte de una idea devastadora del pasado y el presente y se ubica en el plano del futuro, en el cual se espera superar los errores. ¿Será posible concebir una educación que permitiera evitar los conflictos o solucionarlos de manera pacífica, fomentando el conocimiento de los demás, de sus culturas y su espiritualidad? (Delors, 1996:103)
En el plano nacional la Constitución de 1991 abrió la puerta a la convivencia como necesidad, en su artículo 41 instaura que la educación “fomentará prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana”, y en el artículo 67 establece que “La educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente”
Sin embargo, el enlace educación-convivencia se erige en la Ley General de Educación en la que se establece, en el artículo quinto, como uno de los fines de la educación: “La formación en el respeto a la vida y a los demás derechos humanos, a la paz, a los principios democráticos, de convivencia, pluralismo, justicia, solidaridad y equidad, así como en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad” (Ley 115 de 1994).
“A partir del año 2000, las agendas políticas, nacionales e internacionales, han agudizado tanto el tema, que hoy ya no es posible pensar la escuela sin que ella haga relación a cuestiones como: el respeto a la diferencia, la formación democrática, la interculturalidad y otros elementos que apuntan a cuestiones de convivencia, tanto al interior del espacio físico que llamamos escuela, como fuera de ella, lo que llamamos sociedad”. (Heredia, 2013:29)
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Referencias
Delors, J. et al. (1996). La educación encierra un tesoro. Santiago: UNESCO.
Heredia, María Isabel (2013). Apuntes para una visión histórica de la noción de convivencia en el contexto educativo. Revista de Educación Fundación Convivencia No 3. P 29.
República de Colombia. Constitución Política Nacional de 1991
República de Colombia. Ley 115 de 1994