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Escuela de padres y convivencia

Actualizado: 4 may 2023

“…Ser padres significa ser los primeros educadores de los hijos, ser el referente afectivo y formador de nuevas generaciones, ser responsables de la formación integral, ser partícipes de la educación que reciben los hijos en la escuela...” (Ministerio de Educación Nacional, 2007)


Hacer referencia a “Escuela de padres” en líneas generales es la estrategia formativa que aporta a la convivencia y que debe constituir la comunidad educativa1 para los padres de los estudiantes sobre temas de formación integral: académica, social, de valores y principios para la crianza y el apoyo escolar, que se caracteriza por ser de voluntaria asistencia para los padres, aunque sujetos a posibles sanciones pedagógicas; pero de obligatoria realización en el nivel preescolar, básico y medio en las instituciones educativas públicas y privadas del país.

Los lineamientos en Colombia para la implementación de las Escuelas para Padres y Madres de Familia y Cuidadores en las instituciones de educación preescolar, básica y media se promulgaron inicialmente con la Ley 1404 del 27/07/2010 luego derogada por la vigente Ley 2025 del 23/07/2020; el despliegue de esta Ley, lejos de ser tomada como una imposición, la mayoría de entes la asume con responsabilidad para armonizar la educación y la convivencia; sin embargo, estudios recientes como los abordados por las profesoras Diana Marcela Pérez y Claudia Marcela Nieto al vincularse en el Macroproyecto de Educación Familiar desarrollado en la Maestría en docencia de la Universidad de la Salle, citado por la Fundación Convivencia en el artículo Escuela de Padres, permiten identificar algunas oportunidades de mejora, como las siguientes: ofrecer más ayuda por parte de las instituciones escolares a los orientadores, quienes están a cargo de llevar adelante las Escuelas de Padres; persistir ante los directivos docentes, para llevar a cabo encuentros entre orientadores, y estudiantes; fomentar acercamiento de otros docentes de los colegios a las escuelas de padres; priorizar y dar continuidad a temas de interés o problemáticas identificadas en cada institución; así como, lograr estrategias para comprometer la asistencia de los padres a las actividades programadas.

Este preámbulo y otros parámetros referidos a continuación, pueden ser guía para tener en cuenta en las “Escuela de Padres” o estrategias para “La Educación Familiar”, concepto que permite integrar la responsabilidad de otros actores presentes en la convivencia de niños y adultos, y que según (Páez Martínez, 2016, pág. 79) citado por (Fundación Convivencia, 2019) involucra procesos formativos en tres direcciones: de los padres o acudientes con los hijos o hacia estos u otros miembros del grupo familiar; de la familia hacia otras familias, con otras familias o hacia entes externos a ella; y de los profesionales o entidades externas hacia la familia o con esta; y, en los cuales, como dispone la Ley 2025 del 23/07/2020 sobre las Escuelas de padres, deben considerar en sus contenidos la caracterización de los estudiantes, padres, madres y cuidadores, sus necesidades e intereses, el PEI, los principios y valores de la comunidad, las características del curso de vida de los estudiantes y que en los objetivos de cada uno de los niveles educativos, se incluyan como mínimo los siguientes aspectos:

a) Conocimiento de la Ley de Infancia y Adolescencia, el marco normativo y constitucional para la garantía de los derechos de los niños, niñas y adolescentes; b) Responsabilidades de los padres en la crianza de sus hijos, acompañamiento al proceso de aprendizaje y en la garantía de sus derechos; c) Desarrollo de la autonomía y fomento del cuidado personal de los hijos; d) Promoción de estilos de vida saludables, uso y aprovechamiento del tiempo libre y prevención de consumo de sustancias psicoactivas; e) Formación en sexualidad con un lenguaje apropiado y acorde a su edad y su nivel de desarrollo; f) Prohibición del maltrato físico y psicológico o los tratos degradantes o humillantes en su contexto familiar y escolar; g) Entornos protectores, que garanticen su desarrollo integral; h) Criterios básicos del funcionamiento del grupo familiar; i) Instrumentos adecuados de técnicas de estudio; j) Rutas de atención, promoción y prevención definidos en el Manual de Convivencia contenido en el Proyecto Educativo Institucional (PEI). k) Promoción de programas, estrategias, políticas y directrices tendientes a incentivar, apoyar y fomentar la medicina preventiva en la práctica del deporte y los hábitos de alimentación sana y de vida saludable, acorde al PEI de la institución educativa.

Pero llevar estos principios a la realidad no es tarea fácil, y se debe contar con modelos pedagógicos eficaces o probados que permitan conectar el enunciado citado por diversos autores que “a mejores padres, mejores hijos, mejor comunidad, mejor convivencia”, por ello, en esa respuesta práctica y de visualizar más herramientas, es útil describir los siguientes: Disciplina positiva: es un modelo basado en la Psicología Adleriana2. Puede ser utilizado por padres, maestros, parejas, líderes empresariales y comunitarios para aprender a crear relaciones responsables, respetuosas e ingeniosas en sus comunidades. Basado en los libros de Disciplina positiva de Jane Nelsen, Lynn Lott y coautores, y es un modelo que se puede aplicar con niños y adultos. La premisa de este modelo es ayudar a las personas a encontrar un sentido de pertenencia y significado siguiendo cinco criterios (Positive Discipline Association, 2022):

  1. Ayudar a los niños a sentir una sensación de conexión. (Pertenencia y significado)

  2. Es mutuamente respetuoso y alentador. (Amable y firme al mismo tiempo.)

  3. Es efectivo a largo plazo. (Considera lo que el niño está pensando, sintiendo, aprendiendo y decidiendo sobre sí mismo y su mundo, y qué hacer en el futuro para sobrevivir o prosperar).

  4. Enseña importantes habilidades sociales y de vida. (Respeto, preocupación por los demás, resolución de problemas, comunicación y cooperación, así como las habilidades para contribuir al hogar, la escuela o la comunidad en general).

  5. Invita a los niños a descubrir lo capaces que son. (Fomenta el uso constructivo del poder personal y la autonomía.)

Desarrollo de la autoridad: propuesto dentro del programa Familias Fuertes: Amor y límites de la (Pan American Health Organization, 2021) y que consisten en una intervención primaria de capacitación en habilidades de crianza y relación familiar encaminada a promover la salud y el bienestar de los y las adolescentes y prevenir conductas de riesgo. Este programa ha sido promovido y aplicado a gran escala por el (Ministerio de Justicia y del Derecho, 2021) en convenio con las Naciones Unidas y validado por el Ministerio de Salud y protección social. Su desarrollo permite en lo relacionado a la convivencia, la educación familiar y las escuelas de padres:

  • En padres, madres y cuidadores: que fortalezcan su conocimiento para resolver los conflictos con sus hijos/as adolescentes. Desarrollen su capacidad de demostrar afecto, a la vez que se establecen reglas claras de comportamiento. Aumenten tanto su capacidad para vigilar los comportamientos rutinarios como para escuchar y comprender los problemas específicos de los adolescentes.

  • En los adolescentes: que aprendan a elegir compañías adecuadas. Desarrollen mayor capacidad de resistir la presión de los compañeros. Aprendan estilos asertivos de comunicación. Presenten modelos de comportamientos sexuales sin riesgo. Aprendan a manejar situaciones de estrés.

La discusión sobre la participación de los padres en el proceso educativo sigue abierta, sin embargo, estas líneas complementan la reflexión y el diálogo, pues cada vez se hace más evidente la necesidad de un aprendizaje como padres, por ser, sin lugar a dudas, uno de los roles más exigentes de la sociedad y es La escuela, entonces la llamada, a ser un escenario posible para que los padres o responsables de los niños se apoyen en ella para “aprender” a ser padres.

1. La comunidad educativa está integrada por directores administrativos, directivos, docentes, administrativos, estudiantes, padres de familia y/o tutores, cuidadores y/o quienes ejercen la patria potestad y/o acudientes legalmente autorizados, sicólogos y/o profesionales especializados (Congreso de la República de Colombia, 2020)

2. También recibe el nombre de psicología profunda de Alfred Adler, que parte de la noción de «plan de vida» y que consiste en el conjunto de esfuerzos que un individuo hace para compensar diferentes complejos que se padecen desde la infancia.


Referencias

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