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Propuestas de formación en ciudadanía digital



En América Latina han emergido iniciativas enfocadas en fomentar la formación de una ciudadanía digital responsable. Un ejemplo destacado es el proceso formativo desarrollado por integrantes de los equipos de investigación y divulgación científica del Instituto de Investigación en Ciencias de la Educación de la Universidad de Buenos Aires. Esta iniciativa se implementó a través de dos sesiones dirigidas a estudiantes del último ciclo de una escuela secundaria pública en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante el año académico 2022. 


     El objetivo del primer encuentro consistió en concientizar a los alumnos sobre las distintas formas de violencia digital, animándolos a identificar, reconocer y analizar sus múltiples expresiones. Se puso especial énfasis en que los estudiantes discernieran los rasgos distintivos de la violencia digital y los contrastaran con las violencias experimentadas en contextos físicos. Este proceso de diferenciación es fundamental, debido a que la ausencia de conciencia sobre estos temas puede resultar en que niños y jóvenes no estén adecuadamente informados sobre los riesgos implicados y las medidas preventivas esenciales en sus interacciones en línea. En los entornos físicos, parece haber una mayor comprensión de las estrategias de prevención y respuesta frente a situaciones de violencia, en contraposición a las complejidades que presentan las dinámicas online.


      En esta sesión, se proporcionaron materiales didácticos que presentaban ejemplos concretos de violencias digitales, como el escrache, la cancelación, el ciberacoso y el doxing. Además, se incluyeron situaciones reales tomadas de redes sociales para ilustrar cada caso. La discusión sobre estos ejemplos puso de manifiesto la existencia de diversas formas de violencia en el día a día de los estudiantes, resaltando que estos actos agresivos provocan consecuencias reales y palpables, similares a las descritas en los casos analizados. Trabajando de manera colaborativa, los alumnos idearon estrategias para prevenir dichas violencias, subrayando el valor fundamental de las acciones preventivas. Este enfoque preventivo adquiere aún más importancia al observar que, en numerosas situaciones, las reacciones ante la violencia suelen posponerse o, en algunos casos, no se toman acciones correctivas de manera oportuna, lo que permite que la intensidad y el impacto de la violencia crezcan.


        Estas conversaciones se enriquecieron de una serie de preguntas diseñadas por los formadores con el fin de fomentar una reflexión sobre la naturaleza y las implicaciones de la violencia en el ámbito digital: ¿De qué manera se manifiesta la violencia en el caso estudiado? ¿Con qué información contamos para formular un juicio sobre una situación específica de violencia? ¿Qué acciones podrían haberse tomado para cuestionar y generar un debate sobre esta situación? ¿Existen alternativas no violentas para abordar y resolver esta situación? 


     En el segundo encuentro se compartieron algunos tweets violentos recolectados de Internet con el fin de generar una reflexión sobre los modos de intervención ante situaciones de violencia digital. Algunos estudiantes reconocieron que estos tweets causaban burla y también aceptaron haber escrito en algún momento un comentario violento en alguna red social, situación que refleja la naturalización de este tipo de acciones. 


       A raíz de esta iniciativa, se fomentó un diálogo sobre la interacción entre las violencias en redes y el ambiente escolar, utilizando preguntas específicas como punto de partida para el debate. Estas preguntas buscaban explorar la percepción y la experiencia de los estudiantes respecto al papel de los actores institucionales de la escuela frente a las situaciones de violencia digital que enfrentan: 


  • Rol de actores institucionales: Se indagó sobre cómo perciben los estudiantes la actuación de los actores institucionales ante las situaciones de violencia en las redes. Se buscó entender si consideran que la escuela asume una postura proactiva o reactiva. 

  • Conversaciones en el ámbito escolar: Se evaluó si temas de violencia digital son discutidos abiertamente en la escuela y de qué manera se abordan estas conversaciones. Este punto es crucial para comprender si los estudiantes sienten que tienen un espacio seguro dentro de la institución para hablar sobre sus experiencias y preocupaciones. 

  • Decisiones institucionales: Se analizó si los estudiantes están al tanto de alguna medida tomada por la escuela para abordar y cuestionar las situaciones de violencia en las redes. Se buscó identificar qué acciones consideran efectivas o justas y cuáles no. 

  • Tipo de intervenciones preferidas: Se preguntó a los estudiantes con qué tipo de intervenciones se sentirían más cómodos, promoviendo una reflexión sobre las estrategias de prevención y resolución de conflictos. 

  • Recursos escolares para la reflexión: Se exploraron las opiniones de los estudiantes sobre qué espacios, momentos o figuras dentro del ámbito escolar podrían fomentar una discusión productiva sobre las violencias que experimentan en las redes. Se consideraron tanto los recursos físicos (como espacios dedicados) como los humanos (profesores, consejeros, compañeros) que podrían contribuir a este diálogo.


     Durante el diálogo, se destacó una reflexión crucial sobre las diferencias fundamentales entre la dinámica de las redes sociales y las respuestas institucionales a la violencia digital. Las redes sociales se caracterizan por su rapidez e inmediatez, permitiendo que las reacciones y la difusión de información ocurran de manera casi instantánea. Este aspecto de las redes sociales contrasta marcadamente con la naturaleza más deliberada y metódica de las intervenciones institucionales. 


      Las instituciones educativas operan dentro de un marco que privilegia la cautela, la reflexión y el análisis, siguiendo procedimientos y protocolos establecidos que a menudo requieren tiempo para su implementación. Este enfoque se basa en la necesidad de garantizar respuestas justas y equitativas a situaciones complejas, implicando un proceso de toma de decisiones más lento y considerado. Este contraste plantea desafíos significativos para las instituciones educativas en su esfuerzo por abordar las violencias digitales. 


      Por un lado, la urgencia y la escala con la que se desarrollan los incidentes en las redes sociales demandan respuestas rápidas y efectivas para mitigar el daño. Por otro lado, el actuar institucional, guiado por la necesidad de procedimientos cuidadosos y fundamentados, puede percibirse como insuficiente o tardío frente a la naturaleza volátil del entorno digital.

Uno de los docentes señaló la importancia de ser cuidadosos cuando se indaga acerca de lo sucedido para evitar caer en posiciones criminalizantes y/o punitivistas. En línea con lo planteado por el docente creemos importante señalar que el rol de la escuela es pedagógico, por tanto las intervenciones que realizamos como docentes deben encuadrarse en el enfoque de derechos y tener un objetivo pedagógico, no corresponde a la escuela impartir juicios de valor ni realizar sentencias. La escuela y los actores que la componen tienen una responsabilidad en relación al cuidado del estudiantado y a la formación de ciudadanía crítica. (Iglesias & Saez, 2023, p. 187)

     Las escuelas enfrentan una amplia gama de desafíos y en ocasiones, la magnitud de estos puede parecer abrumadora, especialmente cuando se trata de abordar problemas que trascienden sus límites físicos. No obstante, como se ha destacado en diversas discusiones, la capacidad de la institución educativa y del contexto familiar para ofrecer momentos de reflexión y pausa resulta fundamental en la formación de ciudadanos digitales críticos y conscientes. Las respuestas reactivas son insuficientes; se requiere de un enfoque proactivo y colaborativo entre las instituciones educativas y las familias para enfrentar estas realidades.


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