«En muchos sentidos, la mente emocional es infantil, y cuanto más infantil, más intensa es la emoción.»
-Daniel Goleman-
Múltiples respuestas agresivas y/o infantiles, ejemplifican a diario la baja inteligencia emocional que gobierna en las redes sociales. La incapacidad y poca asertividad con las que se ventilan las diferencias, la explosión sin control alguno de sentimientos y emociones, y la práctica de sincericidio, demuestran verdaderos comportamientos problemáticos y adictivos.
“…sincericidio cuando nos referimos a personas que dicen la verdad sin límites, sin prudencia, sin tener en cuenta los sentimientos o cómo se van a sentir los demás. A una verdad con una honestidad brutal… ya no será una buena cualidad, en realidad será un defecto o una deficiencia de la persona y estará lejos de los matices positivos que tiene la honestidad o la sinceridad”. (Martínez, 2023)
Innumerables exploraciones relacionan el uso problemático de las redes sociales con insatisfacción, ansiedad, tristeza, deserción escolar, depresión, soledad y hasta ideación suicida. Por ello afirman la importancia de manejar las emociones y hacer uso inteligente y normativo de las redes sociales.
Prevenir el mal uso de las redes sociales, pasa por reconocer la complementariedad entre las relaciones físicas y las virtuales “De hecho, lo que ocurre en el espacio virtual (comentarios, noticias, conversaciones) afecta de forma determinante al individuo en el espacio físico y viceversa. La conexión entre ambas esferas se está haciendo… patente en cuestiones como la forma en que las nuevas generaciones se expresan y escriben”. (Gandasegui, 2011).
Para evitar el mal uso de las redes sociales, es importante advertir el proceso de organización y publicación de la información, el mecanismo económico que subyace sobre esto, y que ha cobrado cada vez más sentido, en relación con la manera en que las personas se relacionan con el mundo. En los medios de socialización tradicionales, la información es construida por la intersubjetividad implícita en la que las personas participan; en el caso de las redes sociales, el medio mismo manipula a los interlocutores, puesto que las redes sociales no funcionan de manera lineal con los intereses de los usuarios, sino que los algoritmos de estas redes son usados para dirigir la opinión de las personas en esas redes. (Veloza, 2023).
Que en las redes sociales se priorice una notificación sobre otra, que se sugiera continuamente una información, que se interfiera o influya sobre las búsquedas de cada persona, que la información se adapte según los gustos o el perfil del usuario; es un proceso que claramente afecta la socialización.
Este es uno de los tantos ejemplos oscuros que encontramos por culpa de las publicaciones: Los resultados sugieren que los algoritmos de la plataforma tienen un rol importante en dirigir a los hombres hacia fotos de niños. Y reflejan las preocupaciones sobre la prevalencia de hombres que usan Instagram para seguir y contactar a menores, incluidos aquellos que fueron arrestados por usar las redes sociales para solicitar actos sexuales a menores. (Keller and Valentino, 2024).
Este complejo proceso de organización y publicación instrumentaliza de forma directa los medios, los modos y la naturaleza de la información, para crear un vínculo con la red social y con empresas aliadas.
“… el uso del clickbait puede ser entendido como parte de una estrategia de engagement que busca no solo incrementar el tráfico a la web del medio, lo que redunda en un mejor posicionamiento, sino también incentivar la interactividad en la red. Se ha observado un alto número de reacciones y comentarios con una connotación positiva (me gusta, me encanta), lo que podría indicar que el efecto engagement es real. (Veloza, 2023).
El clickbait es una técnica que consiste en manipular al usuario (a través de su curiosidad) con el fin de que éste haga clic en un artículo o post determinado con el fin de generar ingresos publicitarios…"manipular" y no "seducir" porque son cosas diferentes.
Manipulas cuando el contenido que el usuario recibe después de clicar en un artículo es un contenido que no satisface esta curiosidad, porque no es el usuario lo que importa, sino el beneficio publicitario. (Vázquez, 2023).
El engagement es una conexión entre los consumidores y las organizaciones a través de diversas actividades de comunicación, establecidos por la organización o empresa… para aumentar el conocimiento y la lealtad a la marca, y para ganar popularidad con el boca a boca.
Estos intercambios aumentan el éxito de las campañas de marketing, añadiendo valor a la marca y/o producto o servicio y mejorando el servicio al cliente. (Qué es Engagement)
Esa manera de vinculación y socialización que manejan las redes sociales afecta la convivencia, por ello deberían ser más conocidas, mejor entendidas y atendidas. Precisamos de códigos notorios que permitan una percepción más clara de la realidad.
Desde otra mirada, podríamos establecer que la mayor recomendación para prevenir el mal uso de las redes sociales es la “responsabilidad”. “cualidad que tiene un individuo que cumple sus obligaciones o promesas y asume las consecuencias de sus actos… virtud suele ser considerada como uno de los principios humanos más significativos… un valor, a través de ella, los individuos toman decisiones de manera consciente y se hacen cargo de las consecuencias…”. (Giani, 2024).
La responsabilidad es un compromiso que se ha convertido en una necesidad. La falta de tiempo y la inmediatez (que nos desborda) se han convertido en las excusas más comunes para justificar la insensatez. Se responde, divulga y reenvía, sin pensar, ni revisar la información, sin constatar que sea verdadera, útil y que no perjudique o agreda a alguien.
Toma varios minutos identificar de una publicación los alcances, los intereses económicos o sociales, verificar la información con la fuente misma, examinar los hechos verdaderos y completos, analizar los fundamentos en páginas confiables, etc. Ese tiempo invertido se vuelve valiosos para desarrollar el pensamiento crítico, para analizar, para decidir, para emitir conceptos, para aplicar criterios racionales, para buscar nueva información, para distinguir hasta dónde se debe conceder seriedad a los medios que se consumen.
También está la necesidad de socializar, destacar y llamar la atención, por la que se sobre pasan los límites de la intimidad, irrumpiendo en la privacidad propia y ajena. No debería ser tan común encontrarse con información e imágenes explicitas de violencia, de abusos sexuales, hostigamiento, intimidación, difamación, discursos de odio, de maltrato y acoso. Es cosa de respeto no solo con los protagonistas, sino también con el lector o espectador.
Contar con herramientas, habilidades, conocimientos e información cierta y confiable, debería ser un derecho fundamental, para que tengamos la oportunidad de establecer filtros personales y públicos, considerar razones y políticas claras para reportar, denunciar y bloquear los perfiles que le dan mal uso a las redes sociales, que publican mensajes negativos y deshonestos, extorsionando, difamando, engañando, agrediendo, ridiculizando, etc. De esa manera contaríamos con entornos armónicos y seguros.
Todos estamos involucrados, por el motivo que sea, operamos una o varias redes sociales. Por eso, además de reconocer las oportunidades que ofrece este tipo de comunicación, deberíamos aprender a manejarlas, y adquirir habilidades para obtener experiencias positivas y criterio frente a cada información y/o situación.
Hay que tener claridad en que lo que se sube a internet deja una huella, cada cual escoge si esa huella será positiva o negativa. Es como una álbum con el que se puede analizar si la persona es confiable, sociable, respetuosa, etc., o por el contrario, si la persona es conflictiva, escandalosa, de poco fiar, entre otras.
Publicaciones positivas o negativas traen consecuencias, dependiendo el caso, llegan a ser manchas casi permanentes en la imagen de una persona a futuro.
Lo recomendado es definir el propósito o utilidad por la que se usa una u otra red social, para elegir las que se van a manejar con formalidad y las que serán de uso recreativo, de ese modo lograr separar la vida académica y/o profesional de la vida personal. Es una manera de proteger la privacidad, evitar tergiversaciones o restar seriedad a la imagen profesional y académica.
La popularidad no siempre va de la mano de la seguridad, por eso hay que definir a quién y para qué se da acceso en cada perfile, como base de privacidad. Manejar configuraciones de privacidad en todas las redes debería ser suficiente, pero igual, entre más contactos se tienen, mayor número de personas acceden a los datos. Lo recomendable es no compartir información privada, ni familiar, no revelar rutinas, ni contar el paso a paso de visitas, estados emocionales o de salud, etc., porque todo puede ser usado con buenas o malas intenciones.
También es importante poner límites de uso. No enviar información sin ser corroborada, no compartir datos sensibles o provocadores. Esencialmente no exceder el tiempo frente a la pantalla. Muchos jóvenes han desarrollado adicción, dándole exclusividad a la internet, hasta en sus tiempos y espacios libres. Por eso se habla de educar y acompañar a los adolescentes, porque en su proceso de desarrollo pueden tener menor capacidad para leer las emociones y responder adecuadamente a ellas. En ese tema algo artificial y personalizado del medio digital, tienden a abusar y/o realizar practica indebidas.
Conocedores recomiendan “el diseño de estrategias de prevención y promoción de salud para este grupo de edad, puesto que las familias y educadores necesitan estar bien formados para que ayuden a los jóvenes a usar bien las redes sociales y a crear otras aficiones que no se basen solo en las redes sociales y así estimular la comunicación…, para motivar a usar otros modos de comunicación más reales porque todo esto influye en su salud y bienestar social. (Villanueva, et al., 2017).
Aprender a manejar las redes sociales es un largo trabajo con varias aristas. Pasa por el manejo de las emociones, por múltiples razones, por innumerables interacciones. Y aunque parecen mundos distintos, promover un ambiente de respeto, debería ser el mayor criterio. Funciona en las interacciones cara a cara y se necesita en línea, para lograr encuentros saludables.
BIBLIOGRAFÍA
Martínez J. Julio de 20203. Sincericidio. Cuando la sinceridad se convierte en un arma. Psicolagun. https://www.psicolagun.com/es/sincericidio/
Gandasegui, V. (2011). Mitos y realidades de las redes sociales. Información y comunicación en la sociedad de la información, PrismaSocial, 6, 1-26.
Veloza gamba, r. (2023). Batallando entre redes sociales y la inteligencia emocional es los adolescentes. Ciencia latinas Revista científica Multidisciplinar , 7 (1), 2125-2141. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4572
Keller M. y Valentino J. Mayo de 2024. En Instagram, un anuncio de joyas provoca solicitudes sexuales a una niña de 5 años. The New York Times, en Español. https://www.nytimes.com/es/2024/05/15/espanol/instagram-seguridad-ninos.html?campaign_id=42&emc=edit_bn_20240517&instance_id=123621&nl=el-times®i_id=135563677&segment_id=166924&te=1&user_id=f1d3c264f99cce7d626814e1e69d8707
Vázquez Chimeno Á. Febrero 2023. ¿Qué es el clickbait y cómo usarlo con buenos propósitos? SemrushBlog. https://es.semrush.com/blog/que-es-clickbait/
Qué es Engagement. Sf. Diccionario de Marketing Digital. Arimetrics. https://www.arimetrics.com/glosario-digital/engagement
Giani C. Enero de 2024. "Responsabilidad". Concepto de Argentina. Disponible en: https://concepto.de/responsabilidad/
Villanueva, D. N., Feced, S. C., Calvo, B. R., y Barranco, I. B. (2017). Influencia negativa de las redes sociales en la salud de adolescentes y adultos jóvenes: una revisión bibliográfica. Psicología y salud, 27(2), 255-267.
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