Jóvenes y pantallas. ¿Podemos imaginarnos otros escenarios posibles?

El constante uso de teléfonos móviles, redes sociales y aplicaciones entre niños y jóvenes plantea interrogantes sobre la falla de los adultos en proporcionar alternativas significativas de interacción. Más allá de las prohibiciones, surge la necesidad de reflexionar sobre cómo ofrecerles experiencias que fomenten la conexión interpersonal y comunitaria. La falta de límites y la prevalencia de la inmediatez y la individualidad en detrimento de la reflexión y la colectividad son señaladas como problemáticas. La necesidad de crear espacios para que los jóvenes se relacionen libremente se empodere y participen en actividades que les interesen se destaca como una vía para contrarrestar la dependencia de la tecnología y promover una mayor inclusión social. En última instancia, se aboga por políticas juveniles más orientadas hacia el fortalecimiento de la comunidad y la autogestión, en lugar de imponer restricciones a una generación que hereda un mundo que no han creado.