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Foto del escritorMaría Cristina López Díaz

¿QUIÉN VA A EDUCAR A LOS PADRES/MADRES?

Internet modifico el día a día. Cambio la forma de buscar una dirección, de hacer un reclamo, de pagar un servicio, de leer el periódico, de realizar una investigación, de conocer el menú de un restaurante. Multiplico las maneras de compartir información y comunicarnos. Todos en diferentes ritmos nos hemos ido adaptando.


En esta trama de clics algunos grupos poblacionales se han visto excluidos, entre ellos un importante porcentaje de cuidadores, padres y/o cabezas de familia. Adultos funcionales que temerosos e inseguros, deben disponerse al aprendizaje de esas nuevas formas de hacer las cosas.


Con el miedo a hacer el ridículo, se ven obligados a pedir ayuda para aproximarse a las tecnologías bajo el propósito de realizar trámites personales, movilizarse, recrearse, enviar información, aprovechar oportunidades educativas, comerciales o laborales, y en general, realizar actividades de la cotidianidad.


Para este grupo de adultos, la brecha digital no hace referencia solo al tema generacional, tiene mucho que ver con las desigualdades sociales. Porque acercar a los ciudadanos a la denominada sociedad de la información implica contar con la capacidad económica y la infraestructura, para adquirir y/o disponer de los dispositivos, servicios e instalaciones necesarias para hacer uso de la red y garantizar que se puedan mantener a futuro. Y como sabemos, los padres deben priorizar las necesidades básicas de la familia – techo, comida y vestido-. La educación es vista como importante, pero prevalece la formación de los hijos.

Si el patrimonio y el tiempo alcanza, deben abrir el espacio para instruirse en la parte técnica, acceder a los programas y las aplicaciones, aprendiendo a leer y escribir en los diferentes formatos y medios digitales, con el fin de trabajar con la información, aprovecharla y utilizarla adecuadamente. Esto involucra reconocer las lógicas sociales que se manejan, mantener un pensamiento crítico y hacer uso responsable de las múltiples posibilidades que la red ofrece.


A las limitaciones económicas, técnicas y de algún modo cognitivas, hay que sumarle las complicaciones físicas propias de la edad - disminución en la capacidad visual, auditiva, motora y demás -, y los obstáculos actitudinales y/o emocionales, tal vez los más importantes, que surgen al no poder responder con autonomía en las tareas diarias de vida.

Enfrentarse a lo desconocido siempre genera temor e inseguridad, más cuando alrededor del tema se reseñan problemáticas comportamentales, falsedad, malversación, manipulación, suplantación y robo. Sin mencionar las innumerables dimensiones, programas y claves por manejar.


Es preocupante cómo la inmersión de las redes sociales ha ocasionado un desafortunado distanciamiento intrafamiliar, alimentado por diversas creencias y mitos, como los encontrados en el presente estudio; en donde padres de familia consideran inicialmente que el uso de las redes sociales “son para desocupados”, “para la distracción”, “para perder tiempo”, ocasionando que los jóvenes al sentirse rechazados excluyan de manera radical a sus padres y manifiesten comportamientos inadecuados frente a ellos. (Moreno N, González A & Torres A, 2017. Pg. 12)

La apatía, el rechazo, la desconfianza, el escepticismo y la frustración también son manifiestas, al sentir el escaso o nulo dominio de las herramientas y no comprender la información, bien sea por los nuevos o múltiples formatos y/o el exceso de datos y análisis que implican.

Aun cuando muchos quisieran vivir al margen, la vida cotidiana ya está estrechamente relacionada con la tecnología y es inevitablemente tener que interactuar con ella. Por ello es necesaria la alfabetización digital, para identificar las herramientas y prepararse para usarlas eficazmente, reconociendo sus problemáticas, pero también las ventajas y posibilidades que trae.


(…) los ciudadanos que no estén cualificados intelectual y emocionalmente para el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación tendrán mayores probabilidades de ser marginados culturales en la sociedad del siglo XXI. Este analfabetismo digital provocará, seguramente, mayores dificultades en el acceso y promoción en el mercado laboral, indefensión y vulnerabilidad ante la manipulación informativa e incapacidad para la utilización de los recursos de comunicación digitales. (Area, M. 2001, como se citó en Serna, S. 2016)

El acercamiento consciente y critico a las tecnologías de la información y la comunicación - TIC - trae oportunidades y efectos a nivel personal y social. Uno de los mayores aportes en los padres está en el acompañamiento y orientación que pueden brindar a sus hijos en las tareas educativas, en las actividades extracurriculares y de ocio, frente a los riesgos que tiene internet y la seguridad que se necesita para navegar.


…la falta de control ejercido puede presentarse entre otros por la carencia de habilidades y conocimientos tecnológicos de los padres y la dificultad para ejercer esa labor de vigilancia y supervisión cuando los menores se recluyen en sus dormitorios asociados al desconocimiento de los riesgos de las redes sobre los propios hijos (García y Cruz, 2013, como se citó en Moreno N, González A & Torres A, 2017).

Ante el indiscutible menester de competencias para dominar, manejar y aprovechar la información de las TIC, se generan muchas preguntas: ¿Qué espacios se deben habilitar para alfabetizar a los padres/madres?, ¿De quién es la responsabilidad de alfabetizar digitalmente a la población? ¿El analfabetismo digital debe ser una preocupación personal? ¿Se está violando el derecho a la educación de los padres/madres, indígenas, campesinos, desplazados, personas en condición de discapacidad y demás grupos poblacionales excluidos, y con ello vulnerando sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales? ¿Es necesario adelantar modelos educativos propios y/o se podría contar con modelos aplicables mundialmente? ¿La alfabetización digital le corresponde a la escuela? ¿Este es un tema solo del sector educativo? ¿Quién va a educar a los padres/madres?


A través de las escuelas de padres/familia, las instituciones se han preocupado por atender las necesidades de orientación frente a temas educativos, sexuales, emocionales, de consumo de sustancias psicoactivas, entre otros. En los mismos se podrían atender los llamados del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Colombia – MinTIC, para formar a los padres/madres en temáticas relacionadas con la educación en el uso de las herramientas tecnológicas ¿Pero serán estos espacios suficientes?, ¿están los docentes preparados para realizar dicha alfabetización?


A nivel mundial se han hecho importantes esfuerzos y/o estrategias para bajar y/o eliminar la tasa de analfabetismo en lectura y escritura ¿Se podría ampliar la cobertura y que los mismos respondan a las necesidades de alfabetización digital para adultos? ¿Es posible adaptar las estrategias y programas para bajar y/o eliminar la tasa de analfabetismo digital?

Algunos países han desarrollado experiencias exitosas de alfabetización digital. En Colombia se han adelantado proyectos y/o programas abiertos, dirigidos a la comunidad en general. ¿Pero será necesario adelantar procesos de alfabetización digital discriminados por grupos poblacionales?


En el ejercicio de preguntar quién debe enseñar a los padres/madres, cabe reseñar exploraciones en las que los hijos son agentes estimulantes en el aprendizaje de sus padres y sus familias, frente al uso tecnológico.


En Colombia…Desde la estrategia de prestación del servicio social, se desarrolló la capacitación a padres de familia en el conocimiento y uso de las redes sociales más usadas por sus hijos, se formuló un plan de intervención participativo sobre el proceso de alfabetización, el cual se desarrolló mediante la directriz de un profesional en Ingeniería de Sistemas quien guio a los adolescentes en el proceso y el acompañamiento de los investigadores (Moreno N, González A & Torres A, 2017. Pg. 10)

El estudio evidenció la posibilidad de aprovechar los conocimientos que tienen los adolescentes para generar escenarios de interacción entre padres e hijos, favoreciendo el aprendizaje de unos y otros, validando nuevos espacios de encuentro y fortaleciendo la relación paterno filial.

De otro lado, hay que tener en cuenta que la tecnología se actualiza diariamente, lo que exige estar en constante formación y si se quiere alfabetización. Internet obliga aprender a aprender, asumir una actitud autónoma de aprendizaje permanente. Por ello muchos padres de familia, sin esperar a quién les enseñe, logran desenvolverse siguiendo pautas, son autodidactas que amplían su conocimiento aprovechando los tutoriales de las plataformas educativas.

Las políticas educativas tienen mucho que decir en relación con la alfabetización digital de los diferentes grupos poblacionales excluidos, y mucho más para compensar las desigualdades frente al acceso a la información y el conocimiento, que se traducen en oportunidades de crecimiento económico y social para el país.


Bibliografía



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